1.1. Definición
Una imagen digital es una representación bidimensional de una imagen a
partir de una matriz numérica, frecuentemente en binario (unos y ceros).
Dependiendo de si la resolución de la imagen es estática o dinámica, puede
tratarse de una imagen matricial (o mapa de bits) o de un gráfico vectorial. El
mapa de bits es el formato más utilizado, aunque los gráficos vectoriales
tienen uso amplio en la autoedición y en las artes gráficas.
1.2 Antecedentes Remotos y Próximos
1.
Antecedentes
remotos:
Desde su florecer con la Ingeniería Computacional en las décadas
de 1950 y 1960 (existiendo el primer programa de licenciatura en Ciencias de la
Computación en 1962, y en Ingeniería Computacional en 1971), y con la
comercialización de los primeros ordenadores personales, de diverso tipo, en
las décadas de 1970 y 1980, se inició el progreso exponencial en la potencia de
cálculo de estas máquinas (la integración de circuitos, sus componentes físicos
y la electrónica digital) que han llegado a permitir, en los finales del siglo,
el gobierno y control complejo de datos como la imagen en ordenadores
personales y portátiles. La Odontología ha ido evolucionando paralelamente al
desarrollo de la Informática. En muchos aspectos con similares resultados a la
Geomática (Geografía+Informática), donde la Imagenología se ha convertido en
requisito de toda aplicación espacial; en la Odontomática (Odontología
Computarizada) la imagen es la protagonista de cualquier procedimiento
diagnóstico, preventivo o terapéutico. Y aunque no es el todo (donde gestión de
datos –de cualquier tipo y no solamente visuales–, estadística y metrología son
posibles sin el concurso de representación óculosensorial, como medios
digitales de trabajo para la salud), sí corresponde a la gestión digital de la
imagen el representar el «material virtual» clave de la Odontomática.
La imagen es una representación visual de un objeto real que,
mediante la ingeniería informática, obtenemos, reproducimos, modificamos,
objetivamos y confeccionamos digitalmente. El que sea informatizada
electrónicamente es lo que nos permite posibilidades hasta hace poco
insospechadas, lo que viene a constituir el 3D. Ello motivó la entrada del
ordenador en la clínica y el laboratorio dental.
En Odontología, las primeras incursiones computarizadas –omitiendo
los iniciales prototipos experimentales o de poca repercusión internacional–,
comercializadas como estrellas de una nueva era, fueron bien conocidas por su
difusión informativa, pero con resultados de escasa implantación real: el Cerec
(experimentado entre 1980-1985) de Siemens, en 1986; la RadioVisografía de
TrophyRadiology, en 1987; y, luego, el Procera (1991) de Nobel Biocare, el
DCS-Precident (1991), Cicero (1993), Cynovad (1998). Todos ellos con clara
disposición al manejo de la imagen bidimensional –el radiológico–, o
tridimensional –los demás–. En estos orígenes incluso la interfase de uso de
los cuerpos tridimensionales era bidimensional, en base a gráficos que
representaban los cortes del objeto, debido a que el universo tridimensional
requería de hardware y software de mayor potencia.
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